Sus orígenes son de finales del siglo XIII, aunque ha sufrido múltiples intervenciones, las mayores en el periodo barroco (S. XVII y XVIII).
Ésta advoca a Nuestra Señora de Flores, que es una talla barroca de finales del S. XVIII, que presenta una gran amplitud en los ropajes, rica decoración en las vestimentas, y una gran expresividad en sus manos y rostro.