En un plano totalmente distinto o sea en relación a la matanza, también la palabra remite a realidades dispares. El refrito puede ser un plato en sí, sin tomate, mezcla de vísceras fritas del cerdo -hígado, bofe y pajarilla- sazonada con ingredientes de fuerte sabor como ajo, laurel… y comiéndolo bien el primer día de la matanza, o el segundo. En Bodonal añaden sangre que, al deshacerse, toma un color oscuro y una textura casi de salsa.
«Nosotros en la matanza hacemos el refrito con las asaduras, la pajarilla, las mollejas…»
(Calera de León, mujer, 11.10.97)