ERMITA DE LA AURORA

La Ermita de la Aurora, que desde el 28 de febrero de 2017 alberga el Museo de Julián González García, es una construcción del siglo XVIII. Debe su nombre a los llamados “auroros”, un grupo de personas que se reunían en esta ermita a rezar el rosario de la Aurora. Aunque actualmente acoge el Museo de este escultor local  -hijo predilecto del municipio-, el edificio ha tenido otros usos: entre aproximadamente 1900 y 1977 fue Escuela Nacional y, hasta su traslado a la antigua oficina de correos, funcionaba como Oficina de Turismo. La ermita consta de una anómala nave, muy torcida en su desarrollo, de quince metros de largo por cuatro de ancho, con tres tramos, pilastras decoradas con placas recortadas y bóveda de cañón. La cabecera, cuadrada, se cubre con media naranja sobre pechinas, y de remate, una linterna. Lo más atractivo, aunque también se halla restaurada, es la preciosa espadaña que se levanta a los pies sobre la puerta, de tres huecos y atractiva decoración barroca. El conjunto responde a la línea de otras edificaciones dieciochescas de la localidad.

MUSEO DE JULIÁN GONZÁLEZ GARCÍA

Julián González nació en Fuente de Cantos en 1937. Se crió viendo a su padre, Jesús, trabajar la madera en un pequeño taller de la hoy cale Guadalcanal, y pronto se incorporó, como sus hermanos Jesús, Manolo, José y Macario (además, tiene dos hermanas, Lola y Pepa), al negocio familiar.

Pronto, con nueve o diez años, empezó a mostrar aptitudes para la talla, de manera que su padre le compró un libro del inmortal Miguel Ángel, para que aprendiese la anatomía y las proporciones. De su primera época, Fuente de Cantos conserva trabajos tan emblemáticos como el Cristo que hoy está en la Ermita de San Juan.

A los 23 años decide emigrar. En lugar de elegir Alemania o Francia, destinos de la emigración de los 60, se decanta por Brasil, al imponerse un espíritu aventurero que todavía conserva.

Llega en mayo de 1963 a Río de Janeiro, donde sobrevive pintando un templo a cambio de cama y comida. Al mes se marcha al Estado de Sao Paulo, y recala en Riacho Grande, del municipio de Sao Bernardo do Campo. Allí conoce al Padre Guerrero, jesuita madrileño que le presenta a otros emigrantes ya asentados en el país. Desempeña diversos oficios, como el de la venta de ropa casa por casa, y en diciembre de ese año convence a su hermano Manolo para que emprenda el viaje, y así, los dos juntos, empezar a desarrollar el oficio que tan bien conocen.

Son tiempos muy duros, de supervivencia, donde viven en un cuarto en precarias condiciones.

En sus inicios debían fabricar los muebles en la propia vivienda del cliente, ya que carecían de taller. En 1964 se casa por poderes con su novia de siempre, Margarita, y así ésta puede acompañarle a Brasil. Lo mismo hace Manolo con su novia, Carmen.

Ese mismo año alquilan un terreno y construyen una pequeña vivienda y un cobertizo que hace de taller, donde estarían cuatro años.

En 1965 retoma su vocación de escultor, aprovechando los restos de madera que no servían para hacer muebles, y al año siguiente funda con su hermano la empresa “Hermanos González”. Su escultura se hace étnica, reproduciendo personajes típicos de Brasil, muy apreciados por los turistas.

En 1969 pone en marcha la Escuela de Oficios, donde formaba a los hijos de las familias más humildes de la zona para que aprendiesen a trabajar la madera y el mueble, y luego se incorporasen como trabajadores a la empresa.

Ya en 1974, con la empresa consolidada, van abandonando la escultura para centrarse en el mueble de calidad, de estilo colonial e inglés.

En 1975, al morir su padre, llama al resto de hermanos: José, Jesús y Macario. Solo las dos hermanas, Lola y Pepa, permanecen en Fuente de Cantos. La incorporación de los hermanos (aunque Macario abandonaría pronto esta industria para centrarse en la faceta agrícola) da un nuevo impulso a la fábrica, que llega a contar con 150 empleados, además de una cadena de tiendas y su propia flota de transportes.

En 1980 convence a sus hermanos para invertir en una finca en Mato Grosso, donde pronto ve las posibilidades que ofrece el cultivo de la soja, más rentable que destinarla a pastos como hacía la gran mayoría.

Cinco años después, compran la segunda finca, definitivo impulso para su nueva empresa, “Agropecuaria González”.

Los hermanos distribuyen su tiempo entre la fábrica y las explotaciones agrícolas.

Ya en el año 2000 deciden dejar la fabricación de muebles y se centran en las fincas, donde cultivan soja, algodón y caña de azúcar. Esto permite a Julián dedicar más tiempo a su gran pasión artística. De sus manos salen esculturas en madera para particulares, pero también figuras con motivos religiosos para diversas iglesias brasileñas y encargos como la talla del descubridor luso Joao Ramalho junto a la princesa Bartira para la Cámara Municipal de Sao Bernardo do Campo.

Su curiosidad le lleva a experimentar con nuevos materiales, como el mármol, la piedra jabón o la roca cuarzo, dando lugar a una producción donde priman los motivos religiosos y los familiares.

Nunca ha vendido una escultura, siempre las donó, según dice, porque no puede ponerse precio a algo que se ha hecho con tanto cariño. Su generosidad, tanto en la donación de su trabajo como en la puesta en marcha de la Escuela para enseñar un oficio a los más vulnerables, le han valido el nombramiento de Hijo Adoptivo en Sao Bernardo do Campo, ciudad de casi un millón de habitantes.

Hace unos meses, José Lamilla contacta con él para elaborar su biografía, al tratarse de un fuentecanteño ilustre al que sus coetáneos apenas recordaban y los más jóvenes no conocían. A raíz de aquellas conversaciones se va gestando la idea de donar parte de su obra a su localidad natal, en homenaje a su padre.

Finalmente, en 2016 esta idea se plasma con la cesión por parte del ayuntamiento de la ermita vecina a la iglesia del Carmen, para que acoja de manera permanente las 27 esculturas que llegan a Fuente de Cantos en diciembre de 2016, tras un accidentado periplo.

El 28 de febrero de 2017 toda la familia de Julián se desplaza a Fuente de Cantos para asistir al nombramiento de éste como Hijo Predilecto de la localidad y a la inauguración del Museo-Exposición permanente de su obra.