A trescientos metros de la fortaleza islámica, mirando hacia Tentudía y siendo la primera edificación religiosa de esta noble villa, se encuentra enclavada esta ermita con la advocación de la Granada, mandada construir por el monarca Fernando III «El Santo» cuando los cristianos, dirigidos por el Maestre santiaguista Pelay Pérez Correa, tomaron la zona próxima al Guadalquivir.